09 noviembre 2010

Mujer Zenú: Protectora de la cultura, la biodiversidad y nuestra soberanía alimentaria

Las mujeres han desempeñado un papel importante en todos los procesos sociales, culturales y económicos de la sociedad; sin embargo, el desconocimiento e invisibilización han sido una constante que ha promovido la inequidad de género. Las mujeres Zenúes no son la excepción. Por eso, desde el año 2002 la Recar ha venido trabajando en un proceso de formación y fortalecimiento de las mujeres a través de diferentes programas: patios productivos, derechos de las mujeres, organización, equidad de género, etc. Con el objetivo de contribuir a lograr el empoderamiento de las mujeres y una mayor equidad de género.
Así se han podido impulsar proyectos y programas de beneficio para la mujer a nivel legal, social y económico. Se ha logrado que las mujeres conozcan las leyes, programas y normas que se han aprobado a nivel nacional e internacional donde se promueve la participación y la equidad de las mujeres. La Recar, a mediados del año 2009 inició un proceso de capacitación para la disminución de la violencia intrafamiliar, en los municipios de San Andrés de Sotavento Córdoba, San Antonio de Palmito y Sampués, Sucre, que generó acciones de impacto y cambios de actitud en las mujeres formadas frente a la defensa de sus derechos constitucionales.
Junto con lo anterior, las relaciones de equidad se arraigan desde proyectos productivos específicos para las mujeres. Estos proyectos parten desde los colectivos y las individualidades con el objetivo no sólo de aumentar los ingresos económicos de las familias, sino también de construir soberanía alimentaria y fortalecer los mercados locales. En esta línea se han desarrollado componentes de crédito de fondo rotatorio, de transformación de productos, alimentos y plantas medicinales, etc.
Las mujeres se han dado cuenta de la gran trascendencia que tuene su labor. Han reafirmado su voluntad de actuar no sólo por ellas y sus familias, sino para cambiar este mundo en el que se privilegian los intereses del mercado por encima del derecho de las personas. El modelo industrial y las transnacionales amenazan la existencia de la agricultura indígena, la pesca artesanal, así como la fabricación artesanal y el pequeño comercio de los alimentos, sectores donde las mujeres desempeñan un papel importante.
Y aunque las mujeres han sufrido las consecuencias dramáticas de estas políticas de mercado pobreza, insuficiente acceso a los recursos, patentes sobre la vida, éxodo rural y migración forzada, guerra y todas las formas de violencias físicas y sexuales, tienen el poder de aportar significativamente en la transformación del mundo. Las mujeres continúan siendo creadoras históricas de conocimientos en agricultura y en alimentación, siguen produciendo hasta el 80% de los alimentos en los países más pobres y hoy son las principales guardianas de la biodiversidad y las semillas criollas.
Las mujeres Zenúes convierten el patio en su “tienda”, donde a diario recoge la producción de hortalizas, frutas, plantas aromáticas, medicinales, huevos, carne, leña y hasta pancoger. En definitiva las mujeres son generadoras de historia en el vínculo con nuestro territorio lo que nos hará subsistir por siempre.

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